DERECHOS AMBIENTALES EN LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Capítulo IX de los
derechos ambientales.
• Ley Orgánica del Ambiente. Gaceta Oficial de la República de Bolivariana de
Venezuela Extraordinaria No. 5.833 del 22 de Diciembre de 2006. (Deroga la Ley
Orgánica del Ambiente publicada en Gaceta Oficial de la República de Venezuela
No. 31.004 del 16 de Junio de 1976).
Ley Penal del Ambiente. Gaceta Oficial de la República de Venezuela No. 4.358
Extraordinario del 03 de Enero de 1992.
• Decreto
• Decreto No. 1.257 de fecha 13-03-96, por el cual se dictan las Normas
sobre Evaluación Ambiental de Actividades Susceptibles de Degradar el
Ambiente.
Gaceta Oficial de la República de Venezuela No. 35.946 del 25 de Abril de 1996.
Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio publicada en la Gaceta Oficial
N° 3.238 del 11 de agosto de 1983.
• Ley Orgánica de Ordenación Urbanística publicada en la Gaceta Oficial N°
33.868 del 16 de diciembre de 1987.
Salud y Medio Ambiente:
En el planeta, como un sistema natural abierto, transcurren acontecimientos, ciclos naturales y procesos que interactúan unos con otros. Los procesos naturales, como el ciclo del agua por el cual ocurren la precipitaciones ( lluvia, nevadas, etc), son eventos que no puede controlar el ser humano, más si ha logrado modificarlos a través de las actividades socio industriales, construcciones, el desarrollo anárquico de urbanismos, deforestaciones, entre muchas.
Por ende, los seres vivos se ven afectados en mayor o menor grado, el avance tecnológico genera consecuencias positivas en logros y en otros casos negativas; tal es el caso de la salud, un medio ambiente afectado por procesos tecnológicos contaminantes, por la generación de desechos consecuencia del superpoblamiento y altos consumos de recursos, acarrea situaciones que afectan la calidad de vida, tanto del ser humano, como las especies animal y vegetal.
OMS, (2010). Datos y cifras
- El cambio climático influye en los requisitos básicos de la salud, a saber, un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura.
- El calentamiento mundial que se ha producido desde los años setenta estaba causando un exceso de más de 140 000 defunciones anuales en 2004.
- Muchas de las enfermedades más mortíferas, como las diarreas, la malnutrición, la malaria y el dengue, son muy sensibles al clima y es de prever que se agravarán con el cambio climático.
- Las zonas con malas infraestructuras sanitarias -que se hallan en su mayoría en los países en desarrollo- serán las menos capacitadas para prepararse ante esos cambios y responder a ellos si no reciben ayuda.
- La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante mejoras del transporte y de las elecciones en materia de alimentos y uso de la energía pueden traducirse en mejoras de la salud.
Calor extremo
Las temperaturas extremas del aire contribuyen directamente a las defunciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo entre las personas de edad avanzada. En la ola de calor que sufrió Europa en el verano de 2003, por ejemplo, se registró un exceso de mortalidad cifrado en 70 000 defunciones [2].
Las temperaturas altas provocan además un aumento de los niveles de ozono y de otros contaminantes del aire que agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. La contaminación atmosférica urbana causa aproximadamente 1,2 millones de defunciones cada año.
Los niveles de polen y otros alérgenos también son mayores en caso de calor extremo. Pueden provocar asma, dolencia que afecta a unos 300 millones de personas. Se prevé que el aumento de las temperaturas que se está produciendo aumentará esa carga.
Desastres naturales y variación de la pluviosidad
Arnell NW. 2004. A nivel mundial, el número de desastres naturales relacionados con la meteorología se ha más que triplicado desde los años sesenta. Cada año esos desastres causan más de 60 000 muertes, sobre todo en los países en desarrollo.
El aumento del nivel del mar y unos eventos meteorológicos cada vez más intensos destruirán hogares, servicios médicos y otros servicios esenciales. Más de la mitad de la población mundial vive a menos de 60 km del mar. Muchas personas pueden verse obligadas a desplazarse, lo que acentúa a su vez el riesgo de efectos en la salud, desde trastornos mentales hasta enfermedades transmisibles.
La creciente variabilidad de las precipitaciones afectará probablemente al suministro de agua dulce, y la escasez de esta puede hacer peligrar la higiene y aumentar el riesgo de enfermedades diarreicas, que matan a 2,2 millones de personas cada año. En los casos extremos, la escasez de agua causa sequía y hambruna. Se estima que en la última década de este siglo el cambio climático habrá ampliado las zonas afectadas por sequías, multiplicando por dos la frecuencia de sequías extremas, y por seis su duración media.
Distribución de las infecciones
Hales S et al. (2002). Las condiciones climáticas tienen gran influencia en las enfermedades transmitidas por el agua o por los insectos, caracoles y otros animales de sangre fría.
Es probable que los cambios del clima prolonguen las estaciones de transmisión de importantes enfermedades transmitidas por vectores y alteren su distribución geográfica. Por ejemplo, se prevé una ampliación considerable de las zonas de China afectadas por la esquistosomiasis, una enfermedad transmitida por caracoles .
La malaria depende mucho del clima. Transmitida por mosquitos del género Anopheles, la malaria mata a casi un millón de personas cada año, sobre todo niños africanos menores de cinco años. Los mosquitos del género Aedes, vector del dengue, son también muy sensibles a las condiciones climáticas. Los estudios al respecto llevan a pensar que el cambio climático podría exponer a 2000 millones de personas más a la transmisión del dengue en la próxima década de los ochenta.
¿Quiénes están en riesgo?
Todas las poblaciones se verán afectadas por el cambio climático, pero algunas son más vulnerables que otras. Los habitantes de los pequeños estados insulares en desarrollo y de otras regiones costeras, megalópolis y regiones montañosas y polares son especialmente vulnerables.
Los niños, en particular los de los países pobres, son una de esas poblaciones más vulnerables a los riesgos sanitarios resultantes y se verán expuestos por más tiempo a las consecuencias sanitarias. Se prevé asimismo que los efectos en la salud serán más graves en las personas mayores y las personas con diversos achaques o dolencias preexistentes.
Las zonas con infraestructuras sanitarias deficientes, la mayoría en países en desarrollo, son las que tendrán más dificultades para prepararse y responder si no reciben asistencia.